Capítulo #56 (Uno en el baile y el otro en la mente)


Para el atardecer me di una ducha y esperaba a que mi cabello se secara, Jane iría de nueva cuenta para ayudarme con todo el proceso de maquillaje y peinado para el baile. Frida estaba conmigo, muy entusiasmada, también sacaba fotos con su polaroid, puso a los Stone Roses y me apresuré a quitarlos, era música de Noel.
-Quiero escuchar algo más mío- dije sonriente y pronto sonó “Panic” de los Smiths y Frida cantó junto conmigo mientras acomodábamos el vestido. Pronto llegó Jane, subió y al verme con el vestido gritó, hasta Frida comenzó a reír y me sorprendió que ésta se quedara ahí e incluso ayudara a Jane con todo. Jalones, pasadores, sombras, rímel, labial... una hora y media en todo eso para quedar “divina” según Jane que me miraba idílica. Ella y Frida se sentaron en la cama.
-Estás preciosa, disfruta de tu noche- sonrió Jane dando palmaditas
-Eres la vagabunda más hermosa que he visto, hermanita- agregó Frida riéndose
-Muchas gracias a las dos- las abracé y pronto sonó el timbre
-Tu cita- dijo Frida sonriendo
-Acompáñate- corregí
-Lo que sea- se volvió cómplice Jane. 
Nos sonreímos una vez más, bajamos las escaleras entre halagos de mis padres y Connie y con el sol poniéndose indicando que era turno de la noche para celebrar. De fondo se escuchaba “Please Please Please Let Me Get What I Want”; llegué a la puerta y al abrir, un sonriente y muy apuesto James me esperaba con una flor, la recibí y sonreí nerviosa luchando contra mis pensamientos que me repetían que aquel que debía acompañarme a la fiesta debía ser Noel.
-Pero Noel se fue- dije para mí, intentando ganarle a mi fragilidad. 
Todos se despidieron de nosotros y nos fuimos en el auto del papá de James que era conducido por su chofer, veía por la ventana a mi familia y a Jane despidiéndose y deseándome suerte y James me sonreía y me felicitaba.
Llegamos al salón, elegante y adecuado para una noche de celebración. Transcurrió la cena sin relevancias y comenzó el baile; estábamos nerviosos y no dábamos nuestros mejores pasos, pero un brindis, tras otro y otro nos hicieron perder la vergüenza y comenzar a disfrutar. Y aprovechando el descanso de algunos, a un despistado se le ocurrió poner a Berlín con su “Take my breathe away”, me reí porque me parecía un poco absurda la canción y especialmente por el momento, pero James tomó mi mano, mirándome con esos ojos penetrantes y azules haciéndome caminar hasta la pista de baile. 
Cerca de su cuerpo y él con mucha delicadeza bailamos la pieza hasta el último minuto y al finalizar besó mi mano y me dio las gracias. 
El resto de la noche continuó con el ambiente alocado tan propio de la juventud hasta que fue momento de ir a casa.
Bajamos del auto sintiéndonos indefensos ante el frío de la madrugada, me agradeció por la invitación y le agradecí por aceptar ir y ser tan amable conmigo en estos tiempos en que había grandes cambios. “No es nada” como siempre contestaba.
-Bien. Gracias nuevamente, espero verte mañana aquí- le dije
-Así será. Ha sido un verdadero placer compartir este día contigo, casi de principio a fin- aseguró y sonreí tímida. –Hasta luego Sofía- y se acercó para besar tiernamente mi mejilla, acariciarla y crear un extraño sentimiento en mí.
-Adiós James- y mirando esos eternos ojos azules, le dediqué una sonrisa que fue correspondida y lo vi partir. 
Entré a casa, Connie estaba en la cocina, pronto bajó Frida y les conté todo sobre la noche. 
Me cambié y me fui feliz y satisfecha a dormir. Los tiempos pintaban mejor.
Al fin, al día siguiente por la mañana comencé la decoración del gran y espacioso patio trasero, Frida y mis padres colaboraban y era hermoso que la convivencia mejorara entre nosotros, Connie nunca podía faltar; mi madre llamó a los tipos de los banquetes que hacían bocadillos para fiestas casuales, mi padre a los decoradores y prestadores de servicio de fiestas y para las cuatro de la tarde todo estaba listo. 
Mis padres decidieron salir toda la tarde y la noche para tener tiempo para ellos y darnos libertad bajo condiciones claro, Nana estaría al pendiente, pero tampoco detrás de nosotras.
Pronto Frida y yo subimos a bañarnos y cambiarnos, nos arreglamos y ella fue a mi cuarto.
-Bañada la cosa cambia- le dije y ella rió
-Ya sabes que pienso lo mismo- se acostó en mi cama y me dejé caer a su lado, escuchábamos “Heroes”de David Bowie
-Vendrá Liam...
-Ya lo sé
-¿Puedo pedirte un favor?
-Me comportaré Sofía, lo prometo.
-Gracias. Ojalá las cosas fueran distintas. Lo de Jane y tú ayer me hizo feliz
-Por nada- dijo riéndose y me di cuenta que hacía mucho tiempo no teníamos charlas así en mi habitación, como las que teníamos antes casi a todas horas.

Comentarios

  1. David Bowie :( ok perdón pero leer ese nombre me pone mal u.u bonito capítulo <3 seguiré leyendo jajaja

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