Capítulo #55 (Recién graduada) Doble capítulo

Y el día llegó. Me levanté tempranísimo, la ceremonia se celebraría a las nueve de la mañana, me levanté a la seis para esperar a que llegara Jane y me ayudara con el peinado y maquillaje, aunque ella ya había amenazado con que dos veces en ese día me ayudaría, pues para el baile también me arreglaría. Planchó mi cabello y lo peinó de manera sencilla, me hizo un maquillaje natural pero que me hiciera ver como persona decente. Me puse el uniforme y bajé para desayunar con ella y Connie, mi familia debía estar antes en la escuela.

Jane se fue y se dirigió junto con James a la escuela para alcanzar lugar en las gradas aunque no eran precisamente alumnos de la escuela, pero la institución había decidido dejar las gradas con pase libre para los amigos de los graduados. Connie se veía muy bonita con un vestido vintage que adornaba su regordeta figura, subimos a un auto enviado por mi padre y nos llevaron hasta la escuela, me preguntaba si Liam ya estaba ahí; pasamos por la casa de los Gallagher e intenté no mirar, aquello me rompía un poco el corazón, suspiré y cerré unos instantes los ojos, Connie acarició mi mano.

-Eres la niña más bonita y valiente que he conocido, Nena.- Su tono calmado en aquella voz aterciopelada y peculiar en las personas mayores me hizo agradecer por tenerla siempre conmigo. Le sonreí y tomé su mano fuertemente.

-Gracias Nana. Te quiero mucho.

-Basta que aún nos falta llegar- decía Connie para evitar el llanto, para eso ya habría tiempo. 

El chofer se estacionó y pude ver la fachada de mi escuela, adornada con flores y globos y todo indicaba que un ciclo se cerraba. Respiré hondo y bajé seguida de Connie, muchos padres iban vestidos de manera muy elegante y buscaba con la mirada a mis padres y a Frida, sin tener éxito, lo mismo con Liam.

-Aquí me separo Sofí, te veré después de la ceremonia, corre a tu salón- Connie me abrazó muy, muy fuerte. 

Corrí a mi salón para ponerme la toga y todo eso, salimos y estando todos ya listos nos formaron para acomodarnos en nuestros lugares, los cuales tenían nuestros nombres y así comenzó el evento; el director dando su discurso, un maestro, otra maestra, el alumno destacado y al fin, la entrega de certificados. 

Todos frotamos nuestras manos y sonreímos y me sentía estallar en cualquier emoción.

Nuestro salón fue el último así que la emoción había desaparecido un momento hasta que comenzaron a formarnos para subir, mordí mi labio inferior y mis extremidades estaban bajo cero, heladísimas; comenzaron los nombres.

-Peter Doherty...- todos aplaudían y veía a mis compañeros subir uno a uno, yo esperaba no hacer algún ridículo como caerme o pisarme la toga, y nombre tras nombre se acercaba mi turno hasta que...

-Sofía Padmore...- y subí nerviosa las escaleras, caminé sonriente y temblorosa, con un cosquilleo en mi estómago y de pronto escuché muchos gritos, no creí ser tan popular, cuando voltee, pude ver a mis padres aplaudiendo efusivos así como a Connie, mi hermana se levantó y gritaba “¡bravo Sofía!” y chiflaba y casi daba brinquitos, y mientras daba la mano a los demás maestros, vi a James y a Jane en las gradas aplaudiendo sonrientes y gritando no sé qué cosas, descubriendo a James en un entusiasta “¡wuuuu!”. 

Y ahí, entre todo el estudiantado que estaba abarrotando las gradas como cuervos en los árboles y pájaros en los alambres, Liam y sus secuaces gritando mi nombre, saltando, aplaudiendo y al final... levantando sus camisas para dejar ver en sus torsos letras que hacían mi nombre, tal y como dijo, como aficionados del fútbol.

-Qué... rayos- murmuré sonrojada mientras escuchaba las risas de los maestros que señalaban a los valientes absurdos mostrando sus cuerpecillos desgarbados con unas letras horribles pintadas en ellos, en un “Sofía” inolvidable.

Al finalizar el director hizo lo propio clausurando la ceremonia de nuestra generación para posteriormente, todos los graduados, lanzar nuestros birretes emocionados por haber logrado llegar al final. 

Caminábamos todos entre felicitaciones y abrazos, llantos, fotografías y pensaba que pese a mi mala conducta, lo había conseguido. Abracé a mis padres, a mi hermana, a Connie, a Jane e incluso a James; me quedé un tiempo más despidiéndome de todos y mi familia me esperaría en el auto. Me encontré con Liam y nos abrazamos fuertemente.

-Te dije que sería inolvidable- dijo riéndose, con clara referencia a su hazaña.

-Eres un maldito loco Gallagher.- reí

-Será distinto sin ti- decía un poco sentimental

-Me harás llorar, mugroso

-Lloremos entonces- nos miramos a los ojos y nos abrazamos, un par de lágrimas salieron, sonreímos y me acompañó al auto. Saludó a mis padres y un tímido Liam platicó unos instantes con ellos y con Connie, Frida estaba en el auto con la mirada clavada en sus zapatos. 

Mis padres estaban encantados con él, se despidieron cordialmente y subieron al auto, Liam hasta ese momento dirigió su mirada a Frida y ella lo miró tímida, ella también llevaba un estilo colegial, el cabello suelto y un pasador deteniendo su fleco del costado derecho... de la nada llegó la tal Ruth, besando en la mejilla a Liam y abrazándolo por la cintura, Frida desvió su mirada y él parecía asustado, no esperaba ver a Ruth y no correspondió a sus muestras de afecto.

-Adiós Liam, gracias por venir. Te veo después.- me despedí cortante y el sonrió cohibido, hasta ese momento me di cuenta que Frida sufría y él estaba avergonzado.

El auto fue puesto en marcha y comenzamos a alejarnos y mientras eso sucedía observaba a mi escuela, vacía al fin y sentía una extraña tristeza, ya que en ella habitaban muy buenos recuerdos, además que en aquella puerta que me despedía, yo había conocido y pasado muchos momentos con Noel. 

Y después me sentí aliviada, ya que terminaba ese mismo martirio de las memorias.

Afortunadamente la comida familiar fue bastante bien y amaba aquel sentimiento de festejo y buen ambiente familiar, estaba feliz; Connie no paraba de tomar fotos como mi mamá, fuimos a hacer unas compras también para mi fiesta personal del día siguiente donde irían mis amigos, ese sentimiento era oro.